Mi abuela y su ordenador

Mi abuela se ha comprado un portátil. Tiene 91 años, lleva unos meses (quizá ya un año) usando WhatsApp y ahora ha dado el salto a los ordenadores. No podéis imaginar la ternura que me inspira... Para ella es todo un mundo, no entiende nada, pero no pierde las ganas de aprender, no se desilusiona. El doble click le resulta complicadísimo y entender cómo guardar un documento en el escritorio ya casi es ciencia ficción. Y ahí está ella, abre, cierra, abre, cierra, con el documento de Word donde quiere escribir su siguiente libro. Cada vez que me llega un WhatsApp y pone "abuela"... me muero del amor. Me hace mucha gracia cuando veo que en su WhatsApp pone "escribiendo". Me parece todo un reto que ha superado. Llevaba tiempo diciendo que quería un ordenador, pero supongo que yo en el fondo no me lo terminaba de creer. Y ahora la tengo en la habitación de al lado escribiendo en un documento que ha llamado "Complemento de la primera" (de la primera publicación, claro, porque os recuedo que publicó sus memorias hace ya un año aproximadamente). 

¡Me parto con ella! De vez en cuando escucho: "¡Míriammm!" y está muy preocupada porque, por ejemplo, de pronto le ha desaparecido todo lo que había escrito (lo ha seleccionado todo sin querer y le ha dado a borrar), porque quiere borrar algo y no sabe cómo o porque quiere poner una interrogación y no tiene ni idea de cómo hacerlo.

Mi abuela, a sus 91 años, es todo un ejemplo de superación. Quería compartirlo porque me produce admiración y mucho amor.