Cuando una persona se siente afortunada, eso tiene que repercutir de algún modo en su vida.
Somos creadoras de ondas que pueden tener buenas o malas vibraciones y las mías ahora, incluso estando en un momento tenso en el que los nervios, el estrés y los agobios campan a sus anchas por mi cuerpo y mi cabeza, tienen que ser muy buenas, buenísimas. Tener cerca gente que te quiere, te respeta y te cuida, gente que te apoya y te comprende, gente con la que poder contar...eso es algo inestimable.
También me siento afortunada por estar haciendo lo que quiero.
A todas esas personas que estáis ahí (vosotras sabéis quiénes sois) quería daros las GRACIAS.
Y para quien tenga curiosidad por saber de qué hablo, le ahorro preguntar: estoy preparando oposiciones para cumplir mi sueño. Creo que puedo ser una gran profesora de Historia y de Historia del Arte y haré lo que pueda con la Geografía.
GRACIAS, de verdad.
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