¿A quién podría no
gustarle un barrio lleno de gente guapa y moderna, rebosante de vida
cultural y social, que huele bien y donde te sientes súper segura?
Bares de diseño, gin-tonics everywhere...y
todo esto donde antes había un barrio abandonado y gris en el que
abundaban la droga y la prostitución...(modo ironía off).
El
proceso por el que los barrios degradados de los centros de las
ciudades “se revitalizan”, para quien aún no lo sepa, se llama
gentrificación. Este palabro viene del inglés “gentry”, que
significa algo así como alta burguesía, aristocracia, gente
bien...Esto quiere decir que se trata de un proceso que
supone el aburguesamiento o la elitización de una zona de la ciudad.
¿Dónde
está el problema? La realidad es que este súperprocesomolón supone
el desplazamiento de las antiguas vecinas por peñita con más pasta,
es decir, a la mierda las ciudadanas humildes, las ancianas y las
inmigrantes, que se ven expulsadas del barrio por la revalorización
de los alquileres de los pisos (o sea, que te clavan por vivir en un
cuchitril). Allá llegan dispuestxs a pagar lo que haga falta todxs
esxs jóvenes de clase media/alta, que generalmente trabajan en cosas
súperguays y están súper interesadxs en todo lo que tenga que ver
con la cultura. Por supuesto, la seguridad en el barrio aumenta (todo
lleno de maderos y videocámaras) y tienden a desaparecer los yonquis
y las prostitutas. Estamos hablando de barrios temáticos sin
servicios para las vecinas. Los comercios tradicionales se convierten
en sitios mazo molones donde una caña vale dos euros y medio y las
pescaderías de pronto son restaurantes chic.
Como
comprenderéis, a nadie le gustan los barrios degradados,
abandonados, sucios e inseguros, pero hay otra forma de hacer las
cosas, más acorde con las necesidades de las vecinas y menos
enfocada al comercio y al turismo.
Digamos
que está muy bien mejorar la ciudad, claro, quién podría dudarlo,
pero el problema surge cuando se hace buscando unos intereses que no
son los de las ciudadanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario