Sugerencias, ideas o preocupaciones a eljardindeacracia@gmail.com

martes, 5 de julio de 2022

Hoy el patriarcado me duele más que nunca, me asquea más que nunca.
El curso 2018/2019 fue mi primer curso en la educación pública. Ese año fui tutora de un grupo de 4º de la ESO. Era mi primer año en el que considero el mejor trabajo del mundo y fui muy feliz a pesar de que muchas de las horas de tutoría fueron complicadas tratando de hacer llegar un mensaje que me parece básico: hay que acabar con la discriminación por razón de género. Es más, hay que acabar con lo que prefiero llamar violencia machista. Digo que fueron horas difíciles porque encontré resistencia (mucha en algunos casos) por parte de un grupito de alumnOs.
Ayer por la tarde un alumno de aquel 4º de la ESO me buscó por Internet y me encontró en Facebook. Consideraba que yo debía saber algo: uno de los alumnos que tuve aquel año ha matado a su exnovia. La asesinó el jueves pasado en un parque en Parla. Me preguntó "si había escuchado algo sobre el último caso de asesinato de violencia machista en Parla" (voy a utilizar sus palabras literales en unas cuantas ocasiones) y me dijo, "por si no lo sabía", que el asesino es esta persona, uno de sus mejores amigos durante años.
Me dijo que sentía la necesidad de contármelo porque "sabe que soy una profe que pone mucho énfasis en hablar de estos temas en clase" y cree que "PODRÍA HACER MUCHO BIEN TENIENDO UN EJEMPLO TAN CERCANO". Lloro. LLORO. Lloro muy fuerte. Me pueden la frustración y la rabia, pero también una pena muy profunda, una tristeza tan honda que no sé ni cómo expresarla con palabras...
La ha matado. Y yo lo tuve durante meses sentado delante de mí, discutiéndome la brecha salarial de género, el techo de cristal y, en definitiva, el machismo. Y la ha matado. La ha apuñalado tres años después de que nuestros caminos se separaran cuando terminó 4º de la ESO. El Ministerio de Igualdad confirmó ayer la naturaleza machista del asesinato, con lo que el número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de año asciende a 24 y a 1.154 desde 2003. 1.154. 1.154. 1.154. Hasta enero de este año solo contaban como víctimas de violencia machista las mujeres asesinadas "dentro del ámbito de la pareja". No soy capaz de imaginar ese número si las cifras fueran las reales.
No alcanzo a encontrar las palabras que expresen el dolor tan profundo que siento. Es una rabia profundísima, una rabia que hunde sus raíces en el pasado más lejano, allí donde las mujeres empezaron a  ser maltratadas y asesinadas por ser mujeres. 
Sé que no es mi culpa, obvio, pero no puedo evitar sentir algo de responsabilidad. Y me duele el alma. Lo tuve sentado delante de mí muchos meses y me discutía, me cuestionaba. Solo yo puedo saber el dolor tan profundo que siento. Absoluta impotencia. 
Muchas veces ese curso (y me ha seguido pasando) sentí incapacidad, me sentí desbordada por la situación y me percaté de mi falta de formación y de mi carencia de recursos y herramientas para afrontar según qué comentarios o momentos. Ahora más que nunca, ahora como jamás imaginé, siento la enorme responsabilidad que tenemos las/les/los profes, las personas que acompañamos en su proceso de formación a quienes serán adultas mañana.
Estoy empezando lo que R. (no daré el nombre del alumno que me ha escrito) me ha pedido: estoy intentando utilizar esto, la cosa más horrible que podrían haberme contado, para ayudar, para intentar contribuir al cambio de un mundo que me duele y me repugna.
Aún estoy en shock y no sé bien qué más puedo hacer. Cómo. Pero sé que voy a hacerlo, voy a seguir haciéndolo. 
R. me dijo que este chico llevaba meses yendo al psicólogo porque no encajaba la ruptura con la que había sido su novia. Se había intentado suicidar, me contó. Pero, palabras literales, "nadie pensaba que podía llegar a tanto". 
¿Qué le dices a un chaval de 19 años que te está contado que uno de sus mejores amigos ha asesinado a su exnovia? Me siento completamente desbordada y tengo tanta rabia y tanta tristeza que sé que necesito mucho para poder encajar esto y hacer algo con ello.
R. me ha dicho que quería que lo supiera porque recuerda muy bien los debates sobre feminismo y machismo que teníamos en clase y me dice que "piensa que esta información me podría venir bien para concienciar a mi alumnado sobre la importancia de la salud mental y las relaciones tóxicas". Son sus palabras. Me ha insistido en que utilice esto como ejemplo. Y aquí estoy yo, iniciando este camino, aún completamente perdida y sin saber si en algún momento me encontraré.
Esta noche he tenido pesadillas, pero me he despertado más cabal y algo más capaz. Me sigo sintiendo pequeña e impotente, rabiosa, ansiosa y muy frustrada. Sigo sintiendo el horror en cada partícula de mi ser, la sensación de irrealidad que me poseyó cuando leí las palabras de R., quien me dijo que "esto los ha dejado a todos muy rotos por dentro". Me dijo que siempre vemos estos casos por la televisión, pero que "cuando los vives en tus propias carnes, parece que no es real". Joder, esa es la sensación que aún siento en mi cuerpo, la de irrealidad. Y lo más terrible de todo es que es REAL, es el jodido mundo en el que vivimos. 
No sé ni qué he escrito ni qué sentido tiene nada. Solo siento la necesidad de compartirlo, no por mí sino porque R. me lo ha pedido y porque tengo que empezar a digerir esto para ver qué hago con ello. Cómo. Cuándo.
El profesorado necesita más formación, mucha más, pero (sobre todo) el mundo necesita más feminismo, MUCHÍSIMO MÁS. 

12 comentarios:

Marta dijo...

Yo también soy docente, PTSC para ser más exacta, y también estoy helada, consternada, preocupada. Hace dos semanas dí un taller de igualdad de género muy básico a los grupos de 6°de Primaria del cole donde he trabajado este curso, y salí muy preocupada por los comentarios y actitudes de una mayoría de alumnado, niños y niñas. La educación en feminismo es importante, mucho, pero llega hasta donde podemos o hasta donde nos dejan. Desde las aulas no podemos luchar contra toda una sociedad o políticas que permiten que el patriarcado tenga de su lado a la industria musical, la industria de los videojuegos, a los medios de comunicación masivos afianzando el modelo masculino basado en la violencia como gestión de conflictos, en la cosificacion de la mujer, en el victimismo del hombre frente al feminismo, y un largo etcétera que nutren a lxs chavalxs minuto a minuto en las redes sociales. Necesitamos a las familias, necesitamos muchísima más coordinación con otros recursos sociosanitarios, salud mental, espacios de igualdad, etc. Te mando un abrazo muy grande, y aquí me tienes si se te ocurre algo que hacer.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo en todo contigo. Nunca te sientas culpable, porque los docentes no somos perfectos, siempre haremos lo que esté en nuestras manos. Esperemos llegar a la mayoría, y hacer que este mundo tan loco sea, un poco, solo un poco mejor.
Solo quiera comentar para que sepas que esto ha llegado a alguien, y ha llegado a lo más profundo de mi.

Anónimo dijo...

Terrible y desolador.
Pero tal vez el punto no sea introducir más ideología, más concienciación sobre "brecha de género" y otro tipo de cosas que entran en el terreno de lo cuestionable y debatible. El punto es la atención personalizada, la inversión en salud mental y la formación para que los jóvenes construyan relaciones sanas consigo mismos y con las posibles parejas.

A lo mejor no era un demonio machista sin más. A lo mejor tenía serios problemas mentales. Plantéatelo también. Si ese chico se hubiera suicidado... ¿Te lo habrían contado?

TrasTuValor dijo...

Gracias por lo que compartis. Yo, cómo mujer y educadora, desde que sufrí violencia psicológica me planteo dos cosas:
- Educar en el entendimiento entre géneros (el 11 de noviembre me hace daño cuando aumenta la brecha entre mujer y hombre. Necesitamos hombres con mejor inteligencia y salud emocional. No necesitemos hombres que se sientan atacados)
- La necesidad de educar en el empoderamiento (dar herramientas a las personas que suelen ocupar el papel de víctima o sumisa para ser consciente y dejar de ocupar ese lugar, saber decir lo que sientes-piensas-te hace daño-...-, pero desde Educación Infantil). En un conflicto, el 50% de responsabilidad está en la persona acosadora y el otro 50% está en la persona que se somete.
#educar para la convivencia entre mujer y hombre

Anónimo dijo...

Acabas de poner el dedo en la llaga. Si se hubiera suicidado esto o lo otro pero la cuestión es que a la hora, de la verdad NO sólo no lo ha hecho, sino que ha elegido matarla a ella. Yo no le veo sentido poner medidas para evitar lo que no ha sucedido, pero sí a lo que ha pasado y lo que no es debatible es que esto es violencia de género.

Anónimo dijo...

La noticia es desoladora. Pero ¿Por qué no es debatible que simplemente sea violencia de género? ¿No es el género un constructo social? ¿Sabemos cómo se autopercibían los dos protagonistas? ¿Realmente la mató por ser mujer o por tener un concepto de las relaciones amorosas donde el otro es una posesión propia y no un ser con libertad de acción y decisión? Decidió matarla, si, y después intentó suicidarse, si buscas la noticia lo podrás corroborar. Quizá sea interesante, como apunta el otro usuario, ver que vivimos en un sociedad donde los trastornos mentales son cada vez más frecuentes y cada vez hay menos recursos gratuitos para abordarlos, además de que violar, agredir y asesinar en este país sale muy barato. Por lo que es el combo perfecto para ver cómo proliferan todas estas acciones.
Si la educación no es suficiente, quizá toca, también, invertir en salud mental para quien la necesite y plantearse una reforma del código penal para que quien incurra en estas acciones deliberadamente (ya sea por machismo, sadismo, maldad o lo que sea) jamás tenga oportunidad de volver a repetirlas y para que todos aquellos que se crean impunes se disuadan de seguir por ese camino.

Anónimo dijo...

Mucho ánimo a la autora de este blog y a todos y todas los docentes que hacen una labor impagable y más necesaria que nunca para educar en igualdad y tratar de prevenir la violencia machista desde las aulas. Lo que ha ocurrido no se puede vivir como un fracaso porque no se puede calcular cuántas vidas sí habéis tocado para bien ni cuántas habréis incluso salvado. En mi opinión se debe vivir como una poderosa razón más para seguir invirtiendo más tiempo y recursos en combatir la lacra de la violencia machista.

Por favor, que nadie use la salud mental como excusa. Los problemas de salud mental es evidente que se dan en toda la población, también en adolescentes y adultos jóvenes y que la atención a estos problemas es insuficiente dentro de la sanidad pública y otros ámbitos como el escolar, municipal, etc. Es evidente que ese es un enorme problema que requiere de actuaciones urgentes pero las mujeres también sufren problemas de salud mental y no van por ahí matando a los hombres cuando ellos deciden poner fin a una relación.

Solo este año en nuestro país este año han sido asesinadas 24 mujeres, incluyendo a Cristina. 1154 mujeres han sido asesinadas desde 2003 por violencia de género según la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Los casos de violencia sexual contra las mujeres son inconmensurables, dentro y fuera de la pareja, así como los actos de discriminación laboral, social, etc. El sexismo está presente en todos los ámbitos de la sociedad, desde la publicidad hasta los juguetes. Esto al contrario simplemente NO SUCEDE.

La violencia de género no es ideología, es una realidad. Lo que es ideología es negarla o disfrazarla de otra cosa para no admitir una realidad que no gusta o que incomoda. Por favor, no disfracemos de locura lo que es un acto de violencia contra una mujer por el hecho de ser mujer. Todos y todas sabemos que este vil asesinato, tantos otros, no se habría dado a la inversa.

Queda mucho que hacer desde las aulas, desde las familias, desde los medios de comunicación, desde las instituciones, desde todos los ámbitos. Mucho que hacer para que estos chicos y chicas que tienen interiorizados hasta la médula estereotipos de género que han visto en su entorno o que se les han enseñado desde la televisión, la música, la publicidad, las redes sociales etc. y que creen en el amor romántico y entienden la posesión y los celos como muestras de amor y que son absolutamente incapaces de detectar y actuar ante una relación tóxica y claramente de riesgo puedan librarse de esta lacra. Y particularmente queda mucho por hacer para que tantos jóvenes y hombres que son incapaces de asumir una masculinidad que no sea frágil ni tóxica puedan desarrollar masculinidades positivas y aprendan a ser hombres sin ser bestias.

Anónimo dijo...

Nadie está tratando de justificar el asesinato, pero la propia autora del blog relata que el asesino había estado acudiendo a terapia psicológica y había intentado suicidarse. ¿De verdad crees que mató a su pareja por ser mujer o por falta de recursos psicológicos para afrontar una ruptura amorosa?
Hablas de que la violencia de género no es una ideología, cosa que comparto, pero en el mismo párrafo afirmas categóricamente que a la inversa no se hubiera dado esta situación... Entiendo que el hombre es potencialmente malo y despiadado, pero la mujer es todo lo contrario.

Insisto en que no se trata de justificar este acto tan atroz, que es injustificable, pero sí de resaltar que este individuo trató de suicidarse previamente, después asesinó a su expareja y volvió a intentarlo. Si sigues pensando que la mató por ser mujer, reflexiona por qué hay gente que puede interpretar el feminismo como una ideología y no como un movimiento que busca la equidad entre ambos géneros.

Por cierto, otra verdad que incómoda, al igual que la existencia de la violencia de género, es el número de suicidios que se consuman en nuestro país. Solo el año pasado casi 4000 personas perdieron la vida de este modo. 4000 personas de las cuales 3000 fueron hombres. Ahora dime que es más necesario luchar contra el machismo que señalar la necesidad de un sistema de salud mental para disminuir todos estos actos tan tristes.

Anónimo dijo...

Las mujeres no prostituyen, las mujeres no violan, las mujeres no asesinan a sus parejas, ex-parejas e incluso hijos/as cuando se decide terminar una relación, normalmente basada en la dominación, que les hacía profundamente infelices. Las mujeres somos prostituidas, violadas, asesinadas por nuestras ex-parejas solo por ser mujeres, porque determinados hombres piensan que somos su posesión y que nuestras vidas y las de nuestros hijos/as les pertenecen y no son capaces de aceptar lo contrario. Cuando alguien se quiere suicidar lo hace. Es curioso que este asesino no haya logrado atentar contra sí mismo (supuestamente hasta en dos ocasiones) pero sí haya sido capaz de hacerlo con premeditación, alevosía y una crueldad y violencia inhumanas contra una chica que no pudo defenderse. Este personaje no es un enfermo mental sino un hijo sano del patriarcado. Hasta que no entendamos esto y no estemos dispuestos a acabar con esta realidad somos nosotras las que vamos a seguir muriendo.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo.
Es desolador, pero hay que seguir el camino es duro y además de recursos, formación..... concienciación y educación social hay demasiadas trabas por una parte importante de los mandamases machistas de toda la vida, que sólo ponen palos en la rueda y a la cabeza, no lo olvidemos la Iglesia.

No interesa que pensemos, lo ven como siempre peligroso, el feminismo es el "Coco". Algunos y algunas juegan a "defender" derechos que a muchos les viene de perlas en su política

Demasiados caen en el juego de su política y se dejan engañar o permiten, ese es para mí el problema: ¡Que no nos engañen!

Ánimo que el trabajo y camino que tenemos es arduo, hay que seguir y seguir luchando

Anónimo dijo...

No tiene fácil solución, porque en vez de acercar posturas hacia lo que nos une, cada vez nos estamos separando más y mensajes como el encubierto detrás del hombre es el que mata (el "hombre es malo por naturaleza") no hacen más que enturbiar la situación y sentirnos continuamente los hombres que día a día fomentamos la igualdad con los hechos, como padres y docentes, sentirnos enjuiciados y con una especie de pecado original que cada vez nos genera más rebeldía y más rechazo (algo similar a lo que en el fondo sentis muchas de vosotras tras milenios de estar bajo el hombre). Intentad ser bondadosas en vuestro discurso (las que seáis madres de hijos os será más sencillo), porque yo he escuchado charlas en tutoría que eran bochornosas e impregnadas de feminismo vengativo (y ese no es el camino, compañeras).

Anónimo dijo...


No es un caso aislado. Es una realidad lamentable que hay que visibilizar y dar voz y en los institutos, como bien dices compañera, hay muchas posibilidades de acción y sensibilización con el tema que tiene un nombre claro: ¡Patriarcado de mierda!: cuestionar las masculinidades, el machismo interiorizado (el macro y los micros), el diferenciarlo de la salud psiquica pues estos crimenes son por enfermedades patriarcales. Jornadas feministas en los coles e instis, rap feminista y combativo, charlas, espacios de debate y cuestionamiento. Y muchas profes como tu, sensibles y feministas.
Un abrazo violeta y mucho ánimo.