Si te dedicas a hacer fotos de todo, no miras directamente las cosas que estás fotografiando. Disfruta al natural y retén las cosas en tu retina.
No trates de inmortalizar las cosas cuando tú eres mortal.
Mira para adelante.
Está bien sacar alguna foto de vez en cuando, pero no puedes vivir con el dedo pegado a un botón.
Ser humano del llamado primer mundo, bájate de ahí.
Está bien hacer fotos, está bien inmortalizar de vez en cuando. El problema surge cuando se elige entre la inmortalidad y la vida a favor de la inmortalidad.
Hay cosas que deberían ser efímeras. Y los recuerdos, a veces, tienen más magia si son sólo recuerdos. Es bonito saber que a veces se distorsionan. No pasa nada. Si no eres capaz de recordar cada esquina de cada plaza de cada ciudad que has visitado, no pasa nada. Míralas, vívelas, siéntelas. Anda por ellas.
Camina cada rincón y no te obsesiones con llevártelo a casa.
Respira las cosas, no las atrapes.
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