Sugerencias, ideas o preocupaciones a eljardindeacracia@gmail.com

martes, 24 de septiembre de 2013

I me mine, que decía George Harrison.
Eso es lo que quiero sobre todo y ante todo.
Yo mí mía.
Mi vida y yo somos una, sólo una, y la vida sólo puede entenderse así.
Aprender a vivir sola es una necesidad que escasea en este mundo loco, rápido, fugaz; en este mundo individualista en el que la gente vive en packs. Contradicciones vitales de un sistema paradójico.
El miedo a dormir en soledad hace que la gente se abrace a almohadas baboseadas o a otra gente sin pensar en las consecuencias de un mal ajuntamiento.
Juntarse por juntarse es cosa de tontxs, cosa de inútiles, cosa de mitades. No sé si hay gente que nace partida, gente a la que le falta un trozo que ha de buscar, o es cosa de esta vida que nos hace creer que nos define el vacío.
No puede ser que te falte una parte al nacer. No puedes buscar en otras personas lo que tú no te das.
Si alguna vez sientes la tentación, por muy ligera que sea, de dejar de ser tú misma, de renunciar a tu esencia, aléjate. Corre. Pero no huyas. Hazlo con cabeza, piensa en el porqué. Y quiérete. Respétate.

A pesar de todo, préstame un paraguas invisible cuando haya tormenta, por favor.
Y caminemos de la mano por la senda de la vida.

No hay comentarios: