Siempre digo que no me gustan las efemérides porque, en cierto modo, hacen que se olvide esa fecha el resto del año. Sin embargo, cuando llegan algunas fechas, yo misma me pongo especialmente nostálgica y quiero recordarlas con emoción y ahínco.
Como todxs sabréis, hoy hace 77 años (ni más ni menos, ya 77) que nos robaron lo que era nuestro.
Nunca me ha gustado hablar en primera persona de momentos que yo no he vivido en primera persona. No entiendo a la gente que dice "hemos ganado" cuando gana la Selección Española, ni entiendo a quienes dicen "cuando llegamos a América" refiriéndose al año 1492. Y ahora yo, sí, digo "nos arrebataron". ¿Por qué? Yo no estaba allí. A mí, en principio, no me quitaron nada. Pues sí. Creo que sí. Creo que nos lo quitaron a todxs lxs que ahora pisamos el suelo de este país. Los tiempos que vivimos, el mundo que nos ha tocado, la España panderetil, de ladrones, de tradiciones incuestionables y quasi-sagradas, la España con una democracia podrida que vive con el poder secuestrado, con el poder en manos de una panda de descerebrados que campan a sus anchas ilícitamente, esa España es aún, sin duda, la herencia que nos dejaron quienes NOS robaron lo que era nuestro, lo que este país tenía por legítimo derecho.
Hoy es un día especialmente indicado para recordar a quienes aún yacen en cunetas, para reivindicar la figura de quienes todavía son, a ojos de la Justicia, criminales o gente de mal. Hoy es un día bueno para dar las gracias a quienes lo dieron todo por una causa que creían justa y es un día para pensar cómo habríamos reaccionado nosotrxs y qué podemos hacer para que la Historia se escriba con todas sus letras, llamando a cada cual por lo que fue y explicando bien qué paso.
Yo querría ver un cambio drástico, el cambio que nos llevaría a un mundo justo. Pero como soy realista y soy consciente de que eso, al menos de momento, al menos de forma brusca, no es posible, me conformaría con el advenimiento de la tercera República. Sería un paso en la dirección correcta, un paso hacia el lugar en el que deberíamos estar, en el que deberíamos seguir.
¿Cómo habrían sido las cosas sin aquel fatídico 18 de julio...? No lo pregunto para recrearme en la mierda, para revolcarme en la miseria, en la pena o el dolor. Lo pregunto para que sigamos creciendo y alcancemos lo que es justo.