Oigo tus teclitas, sí. Las oigo mientras espero la respuesta y pienso en lo maravillosa que eres y en todo lo que vas a darle a la vida. Qué cosas, quién lo habría adivinado...
Sin duda, la gente no mola pero está bien que de vez en cuando alguien sí lo haga y lo más guay es que eso pase a escasos metros de mi habitación.
Espero tus disertaciones, monina.
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