A veces parece que pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Somos razón y corazón.
Somos pensar y sentir.
Somos tierra y agua.
Estables y volubles.
Muchas veces nos perdemos en eternas digresiones, en soliloquios que nunca acaban, en palabrería cargada de oscurantismo.
Muchas veces nos intentamos controlar, nos medimos, nos aferramos a la racionalidad, a esa bandera humana que tanto dolor ha causado por haber sido mal utilizada.
A veces olvidamos que somos tierra y agua.
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