Hoy te has marchado y por un lado estoy muy feliz porque creo que sabes dónde vas, lo que quieres y cómo lo quieres, porque luchas por ser libre. Pero por otro lado, claro, no puedo evitar estar un poco triste porque voy a echarte de menos.
Sabes lo importante que eres para mí, pero quiero decírtelo. Muchas veces dejamos de decir las cosas porque creemos que se dan por supuestas o porque entendemos que vale con demostrarlas. Siempre he pensado que es más importante demostrar que decir, porque la segunda opción puede quedarse en eso, en palabras, y ya sabemos que lo importante es la acción, pero no por ello quiero dejar de decirle a la gente que quiero lo que siento y por qué lo siento.
Eres una mujer increíble y realmente te admiro. Tu fuerza, tu energía y tu vitalidad ya son parte de mi vida y espero que así sea siempre. Me gusta estar a tu lado, sentirte cerca de mí por más kilómetros que nos separen y saber que en ti tengo una amiga.
Me gusta cuando sonríes porque iluminas y me gusta verte feliz, sintiendo que sabes hacia dónde vamos, por qué y para qué.
Me gustas mucho.
No tardaremos demasiado en vernos, tocarnos y olernos de nuevo.
Te quiero.
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