El BUEN uso de las comas

En un post anterior hablé sobre la importancia de las tildes y aludí a la importancia (al arte, dije incluso) de puntuar bien. Saber poner puntos y comas donde corresponde es fundamental para que se entienda lo que una quiere decir.
Así pues, vengo a traer ejemplos en los que sólo la coma puede despejar la ambigüedad que de otro modo tendría la oración:

PRIMER EJEMPLO:
-No sé bailar, bien lo sabes.
-No sé bailar bien, lo sabes.
Creo que es evidente que la coma cambia el sentido de la oración...

SEGUNDO EJEMPLO:
- Vamos a comer niños.
- Vamos a comer, niños.

Entrando en anécdotas, podríamos referirnos a la que cuenta que un rey tenía que firmar una sentencia que decía así:

Perdón imposible, que cumpla su condena.

Pero antes de firmarla movió la coma de sitio:

Perdón, imposible que cumpla su condena.

Y de ese modo, una coma cambió la suerte de alguien...

También hay otra que dice así:

Un joven guerrero fue llamado a luchar en las guerras griegas. Ante la idea de morir en el combate, el joven decidió consultar el Oráculo para saber cómo le iría en la batalla. Ante la pregunta crucial, el Oráculo le entregó un escrito con la siguiente respuesta:

IRÁS REGRESARÁS NUNCA PERECERÁS.

Considerablemente más tranquilo, el joven se fue a la guerra dispuesto a luchar y volver triunfante. Poco después de empezar la pelea, lo mataron.

¿Qué ocurrió? Que el Oráculo omitió accidentalmente el uso de las comas y aunque su respuesta fue la correcta, su predicción exacta era...

IRÁS, REGRESARÁS NUNCA, PERECERÁS.

Sintiendo mucho haber tenido que recurrir a historias tradicionales que hablan sobre reyes y guerreros, siempre hombres, espero que haya quedado claro el mensaje que pretendo transmitir.

LAS COMAS SALVAN VIDAS, POR FAVOR, ¡USÉMOSLAS!