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domingo, 4 de septiembre de 2011

Sexo y género

La ideología occidental percibe las categorías macho-hembra como si fuesen fijas e inamovibles. Sin embargo, otras sociedades las consideran fluctuantes. Por ejemplo, lxs hua de Papua Nueva Guinea. Para ellxs, son un resultado de las transferencias entre las personas de nu, la esencia vital que existe de forma limitada en una comunidad. Las mujeres poseen más nu que los hombres, pero la substancia también se encuentra en el semen. Así, los niños varones no iniciados, por su proximidad a los fluidos femeninos y su gran cantidad de nu, son en gran medida femeninos; lo mismo ocurre con los varones ancianos, a quienes sus mujeres han transmitido durante toda su vida fluidos femeninos. Estos son como mujeres. Por el contrario, las mujeres postmenopáusicas que han tenido más de tres hijxs han transferido tantos fluidos que se las considera como hombres. De hecho, se las inicia formalmente y residen en la casa de los hombres.
Así, podemos concluir que el género no es un estado inmutable, sino un flujo dinámico. Esta visión permite a la mayoría de las personas experimentar los dos géneros antes de su muerte.

Por todo lo dicho, es importante insistir en el hecho de que normalmente se establece la distinción entre sexo y género de forma ambigua. De manera simplista, el sexo sería un producto de la naturaleza, una característica de la especie, constituida por dos categorías específicas de individuos: macho y hembra; mientras que el género sería una característica de la cultura, una construcción cultural. Partiendo de esto, debemos ser conscientes antes de seguir de la fuerte carga ideológica dada por nuestra sociedad al concepto de "naturaleza", cuya principal característica, desde una perspectiva antropológica, es que siempre está definida desde la cultura (como ejemplo: lo que se entiende como "natural" varía de una sociedad a otra y de una época a otra en la misma sociedad).
Por ello, no abordar este problema en los estudios de género presupone presentar las categorías hombre-mujer como un binomio "natural" determinado por la biología, dado por la naturaleza como un elemento pre-social. Hechos claramente sociales (como la extendida desigualdad hombre-mujer) se presentan por esto como si estuvieran determinados por un sustrato biológico. Lo mismo ocurre con la generalización de que la "naturaleza" de la mujer está vinculada a la reproducción, cuando en verdad se trata de uno de los modelos de género más extendidos en occidente.
La distinción dicotómica sexo-género se ha ido transformando paulatinamente al constatarse que la categoría de sexo como una entidad presocial, un hecho "dado" por la naturaleza basado en la reproducción biológica, es en sí misma un componente de la ideología de occidente sobre el género.
Así, a pesar de contar con un elemento biológico, la distinción sexo-género es también un fenómeno cultural cuya categorización se realiza desde la cultura.
COMO CONCEPTOS, SEXO Y GÉNERO SON, AMBOS, CONSTRUCTOS CULTURALES Y SOCIALES.
Abramos la mente, por favor.

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