Hace unos días, tal vez dos, reparé por primera vez en la importancia de los árboles en las ciudades.
Siempre me ha gustado sentir la naturaleza cerca, de un modo u otro, pero nunca se me había ocurrido hasta ahora qué sería de las ciudades sin árboles. De pronto, caminando por cualquier calle céntrica (y probablemente ancha, donde el impacto visual es más grande) pensé en ello y les di gracias por estar allí, desde quién sabe cuándo y (esperemos) hasta quién sabe cuándo.
Imagina una ciudad sin árboles y entenderás el amor que me inspiraron en aquel momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario